IA: Riesgos y Oportunidades en la Seguridad de la Información

Latin and South America, Abr 14, 2025

La inteligencia artificial (IA) está transformando la forma en que las empresas y los profesionales abordan la ciberseguridad, abriendo grandes oportunidades, pero también nuevos riesgos. Si bien permite reducir el tiempo de análisis y respuesta frente a amenazas, también contribuye a que los ciberataques sean cada vez más sofisticados.

Para entender el potencial de la IA en el fortalecimiento de la seguridad, vale la pena citar el informe Artificial Intelligence Threat Landscape (2023), publicado por la Agencia de Ciberseguridad de la Unión Europea (ENISA). Según el documento, una de las principales ventajas de la IA es la automatización de tareas como el análisis de registros y la detección de anomalías. Los algoritmos de aprendizaje automático (ML) permiten identificar patrones de comportamiento sospechoso, ayudando a mitigar amenazas en tiempo real. Esto resulta esencial en un contexto donde el volumen de datos crece exponencialmente y donde la velocidad de respuesta es crítica para prevenir vulneraciones significativas.

Otro aspecto relevante es el uso de IA predictiva para anticipar posibles vectores de ataque. El informe Top Security and Risk Management Trends (2024) de Gartner destaca que, al analizar grandes volúmenes de datos históricos y contextuales, la IA puede prever amenazas futuras, permitiendo a las organizaciones reforzar sus defensas de manera proactiva. Además, las soluciones de Security Orchestration, Automation and Response (SOAR) integran IA para automatizar respuestas a incidentes, lo que reduce los tiempos de reacción y minimiza los impactos operativos.

Riesgos asociados al uso de IA

A pesar de sus ventajas, la IA también presenta riesgos importantes. El informe de ENISA advierte sobre la posibilidad de que actores maliciosos manipulen algoritmos de IA para evadir controles de seguridad. Uno de los métodos más comunes es el data poisoning, una técnica en la que los atacantes manipulan o corrompen los datos utilizados para entrenar modelos de IA, provocando que aprendan de forma errónea. Esto puede generar resultados distorsionados, como falsos negativos en la detección de amenazas.

Por su parte, el AI Risk Management Framework (2022) del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de Estados Unidos señala que una dependencia excesiva en sistemas basados en IA puede representar un punto crítico de vulnerabilidad. Errores de configuración o manipulaciones maliciosas en los modelos pueden derivar en interrupciones severas o en una falsa sensación de seguridad.

Un riesgo adicional es el uso de la propia IA por parte de cibercriminales para amplificar la efectividad de sus ataques. El informe de ENISA también destaca la amenaza de los deepfakes —videos, imágenes o audios falsificados mediante IA— y otras técnicas de generación de contenido falso, que pueden ser utilizadas en campañas de desinformación o ataques de phishing.

Buenas prácticas y mitigación de riesgos

Para equilibrar los riesgos y oportunidades que plantea la IA, es fundamental adoptar un enfoque de Security by Design, que incorpore la seguridad desde las etapas iniciales del diseño de sistemas, software y productos. Esto permite desarrollar soluciones resistentes a amenazas y con menor exposición a vulnerabilidades.

El NIST recomienda aplicar controles estrictos y realizar auditorías continuas en los sistemas que utilizan IA, garantizando así transparencia y posibilidad de validación externa de los algoritmos. Asimismo, ENISA sugiere técnicas de defensa como la diversificación de modelos y el entrenamiento de algoritmos en entornos seguros y controlados.

El uso responsable de la IA también exige capacitar continuamente a los equipos de ciberseguridad para enfrentar nuevas amenazas. Según Gartner, los programas de concientización y entrenamiento constantes son esenciales para que los profesionales se mantengan actualizados y preparados frente a ciberataques cada vez más complejos.

La inteligencia artificial representa un cambio de paradigma en la seguridad de la información, al ofrecer herramientas innovadoras para fortalecer los sistemas de protección. No obstante, sus riesgos deben ser gestionados con seriedad. Informes como los de ENISA, NIST y Gartner coinciden en que el aprovechamiento de la IA debe ir acompañado de una estrategia sólida de monitoreo, validación y formación continua. Solo así es posible maximizar sus beneficios, minimizar sus amenazas y garantizar un entorno digital más seguro y resiliente.

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